El poder de pedir feedback (en lugar de solo darlo)
Mucho se ha dicho sobre cómo dar retroalimentación de forma efectiva. Y es necesario. Pero poco se habla del otro lado: cuando el líder se detiene, abre el espacio y se atreve a preguntar… “¿cómo lo estoy haciendo?”
Liderar no es solo dirigir, corregir o motivar. También es tener la madurez de reconocer que la percepción que otros tienen de ti es una fuente de crecimiento invaluable.
Pedir feedback no te debilita como líder. Al contrario: te fortalece, te humaniza y te convierte en un referente que inspira con el ejemplo.
¿Qué tan dispuesto estás a escuchar lo que otros piensan de tu liderazgo?
Pedir retroalimentación puede ser incómodo. Tal vez no siempre recibirás lo que esperas. Pero, si buscas evolucionar, necesitas salir del reflejo de tu propio espejo.
Aquí es donde entra una analogía poderosa:
¿Has visto los camiones con el mensaje “¿Cómo estoy manejando?” y un número para llamar?
Ese letrero tiene una intención clara: no basta con creer que estás haciendo bien tu trabajo; necesitas saberlo desde la perspectiva de quienes te ven en acción.
¿Y tú, tienes tu propio “¿Cómo estoy liderando?” visible para tu equipo, tus pares o tu líder?
La política de puertas abiertas… también funciona en sentido inverso
Muchos líderes dicen tener una política de puertas abiertas: “Si me necesitas, puedes acercarte”. Y es un buen principio.
Pero esa puerta también sirve para que tú salgas, te acerques y preguntes:
- ¿Qué estás necesitando de mí?
- ¿Qué estoy haciendo que te ayuda… o que te estorba?
- ¿En qué debo mejorar como líder para apoyarte mejor?
La retroalimentación no solo es una herramienta de desarrollo. Es una declaración de humildad, apertura y compromiso real con tu crecimiento.
¿A quién deberías pedir feedback como líder?
- A tu equipo directo: quienes viven las consecuencias de tus decisiones.
- A tus pares: quienes observan tu estilo en la colaboración.
- A tus líderes: quienes pueden darte perspectiva estratégica.
- A clientes o usuarios internos: quienes perciben el impacto de tu liderazgo en la experiencia que generas.
Y no olvides: múltiples fuentes enriquecen el espectro del feedback. No siempre quien lidera tiene la visión completa de lo que sucede.
Beneficios de pedir feedback como líder
- Mejora tu autoconocimiento.
- Construye relaciones basadas en la confianza.
- Fomenta una cultura de conversación abierta.
- Refuerza el compromiso con el desarrollo continuo.
- Evita que el “éxito previo” se vuelva tu mayor obstáculo para seguir aprendiendo.
Según DDI (Development Dimensions International), la receptividad al feedback es una señal clara de autoestima saludable y uno de los indicadores más sólidos de alto potencial para posiciones de liderazgo.
Checklist: ¿Estás listo para pedir feedback como líder?
Antes de lanzarte a pedir retroalimentación, asegúrate de lo siguiente:
- He identificado las áreas en las que realmente quiero crecer: manejo de reuniones, toma de decisiones, manejo de conflictos, colaboración, escucha, etc.
- Estoy abierto a recibir comentarios sin ponerme a la defensiva.
- Voy a escuchar para aprender, no para responder.
- Me comprometo a pedir detalles, ejemplos y clarificaciones para comprender mejor.
- Estoy dispuesto a admitir errores y reconocer puntos ciegos.
- Transformaré cualquier incomodidad inicial en curiosidad y apertura.
- Voy a dar seguimiento, agradeciendo lo recibido y tomando acción.
- Buscaré múltiples perspectivas, no solo la de mi líder.
- Verificaré mis suposiciones antes de interpretar el mensaje.
- Voy a demostrar que valoro el feedback… aplicándolo.
Liderar también es tener el valor de mirar hacia adentro a través de los ojos de otros. No se trata de perfección, sino de evolución.
Haz del feedback un hábito, no una excepción.
No esperes a que algo falle para preguntar cómo lo estás haciendo.
Porque un líder que pide retroalimentación no pierde autoridad. Gana credibilidad.
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