El placer de trabajar haciendo lo que te gusta: más que un ideal, una ventaja estratégica
¿Y si trabajar con gusto no fuera una utopía sino una ventaja competitiva real?
Durante años, la idea de “hacer lo que te gusta” fue catalogada como un lujo, o incluso una ingenuidad. Pero hoy, la ciencia del comportamiento organizacional, la psicología positiva y los propios resultados empresariales apuntan en otra dirección: disfrutar del trabajo no solo es posible, sino necesario para alcanzar niveles sostenibles de bienestar, productividad y compromiso.
Un estudio de la Universidad de Oxford demostró que los empleados felices son un 13 % más productivos. No por trabajar más horas, sino porque su energía mental está enfocada, y su motivación es intrínseca. A esto se suma la noción de flow, desarrollada por el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi: ese estado de concentración profunda y goce cuando una tarea desafiante está alineada con las habilidades y el sentido personal.
¿Placer en el trabajo? No es magia: es diseño consciente
Aunque puede haber pasión desde el inicio, en muchos casos el gusto por lo que uno hace se cultiva. Requiere condiciones, claridad y práctica.
Aquí algunas claves que permiten reconectar con el placer en lo laboral:
- Reconoce lo que te energiza
Haz un inventario honesto de las tareas, relaciones o proyectos que te hacen perder la noción del tiempo (en positivo). Esto puede guiarte a elegir o rediseñar tu rol con mayor intención. - Diseña para el significado, no solo para la eficiencia
Una tarea simple cobra fuerza cuando se vincula a un propósito. ¿Qué impacto tiene tu trabajo en los demás? ¿Cómo contribuye a algo más grande que tú? - Cultiva relaciones que inspiren
El entorno importa. Conectarse con personas que también disfrutan su labor puede contagiar energía, crear espacios de colaboración y dar sentido al día a día. - Explora con curiosidad lo que hacen otros en tu organización
Conocer los roles, proyectos y desafíos de otras áreas puede abrirte posibilidades que desconocías. Muchas veces, una conversación casual o una colaboración transversal despierta nuevas motivaciones, o incluso te muestra una ruta profesional más alineada con tu propósito. - Sé protagonista de tu desarrollo
No esperes que otros te entreguen motivación. Aprender nuevas habilidades, asumir desafíos o proponer mejoras puede volver tu trabajo más estimulante. - Permítete redefinir tu carrera sin culpa
A veces, lo que te gustaba deja de inspirarte. Y está bien. El placer también se halla en explorar nuevas rutas profesionales sin apego ni miedo.
Cultura organizacional: el terreno donde florece el disfrute
No se trata solo de motivación individual. Las organizaciones juegan un rol clave en fomentar o inhibir el placer de trabajar.
Culturas basadas en la confianza, la autonomía, el reconocimiento y el desarrollo humano crean las condiciones ideales para que las personas disfruten lo que hacen. Esto no implica eliminar la exigencia, sino alinearla con sentido, valores y bienestar.
Empresas que invierten en crear entornos positivos reportan mayores niveles de retención, creatividad y salud organizacional. En última instancia, el disfrute no es una concesión blanda: es una inversión estratégica.
El futuro del trabajo también será emocional
En un mundo laboral donde las habilidades humanas se vuelven más relevantes que nunca, el placer de trabajar ya no es un lujo; es un indicador de salud profesional y organizacional.
Replantearnos cómo trabajamos y qué nos hace sentir bien no solo mejora la experiencia individual: transforma culturas, impacta resultados y redefine la forma en que creamos valor.
Porque el verdadero trabajo bien hecho comienza por hacerlo con gusto.
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